Últimamente me estaban dejando de gustar los días soleados. Mi madre se molestaba por ello porque dormía todo el día para poder salir a bailar de noche. Ya no había días.
Estaba a punto de salir de la casa de mi amiga, eran maso menos las 12 de la noche y ella seguía inmóvil frente a ese gran cuadro de ella.
Me le puse a su lado, frente al cuadro.
_ ¿Autorretrato?_ Pregunté.
_ Espejo…
Lorenzo Lombardo